Mis versos se mecen colgados de una nubes
con sus corcheas silenciosas,
en espera del porqué!
Un canto prendido al alma de mi lira
rumora sus últimas notas
para acatar los deseos del destino…
Se esparce por las noches una tierna dulcedumbre
que me envuelve en un silencio grande como el mundo.
Cáscaras de miedo rodean mi alma de enero,
y aquella noche de verano, casi muere de frío…
Dejaste en mi mirada
el verde de tu mirar
con un dejo de ensueño y un mohín de amor…
Los remotos colores del horizonte se ensanchan,
mientras yo canto para esconder la quejumbre de mi alma
y el viento madrugador se enreda en los rosales…
Mis versos se mecen colgados de una nube
a sabiendas de que aquellos sueños ya no tienen cuándo,
porque las corcheas acallaron su voz…
NINFA DUARTE
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